65días

A priori, no te parecía tan difícil decirme
adios mi vida.

En la mañana cálida y despejada
se abrieron paso tus palabras negras
alcanzando a tanto amor desprevenido.

A priori, y de lejos
te parecía tan fácil,
esgrimiendo el recuerdo de las dificultades leves
de los amores audaces que se prolongan.

Y a priori también,
definitivo el adios.

85 días

la bruma de tu miedo
impidió que me vieras,
me embestiste
y la sinrazón me abordó.

Me pides perdón,
perdón, perdón desde lejos.
No te compenso.
Ten el valor de alejarte de mí,
mientras me respiras
y me ves.

137días

Hoy me ha hecho falta un buen amigo
que sepa con mirarme que he hundido
en el barro las dos rodillas.

Un amigo cercano que me abrace
y dilate cada poro de mi tristeza y
mi cansancio, para que exude.

Que me desnude y despoje de disfraces.
Y me meza. Y en su arrullo me impida
pronunciar palabra alguna.

Que me permita romperme
y recoja mis pedazos.

Que me ame despojada y muerta.
Que bese cada tramo de mi debilidad.
Que me de por vencida.

Que me lleve de su mano
a la ingravidez acogedora de su aliento
y me susurre: calma,
y me incline en su abrazo
a sus latidos,
al rítmico sonido de su amor.

Que me reduzca y doblegue,
que contrarreste mi lucha
y abra las cancelas del plácido abandono.

Que me traslade abrigada
bajo la lluvia tenue, precisa,
y acariciando mis ojos,
me mimetice.